Reflexiones tras vernos en la tele.
Sale un tipo dentro del río, 15 km aguas abajo de la presa de Los Toranes, acusandola de todos los males del Mijares. Entre unos cuantos han convencido al Director General del Agua de que está obsoleta y lo mejor es demolerla. Quieren “liberar” 6 km de cauce para que los peces puedan subir y bajar sin problemas. Lástima que haya otras 48 presas a lo largo del río, además de varios focos de vertidos incontrolados industriales y urbanos. Y que de paso se lleven por delante una pequeña central que usa parte del caudal para producir electricidad, de forma limpia y segura (comparada con las otras fuentes renovables). También está en juego una acequia histórica, llamada del Diablo porque su toma estaba junto al viejo puente del mismo nombre, hasta que varios derrumbes la cortaron y se conectó al sobrante del canal. Desde hace más de 4 meses, cuando se cerró la compuerta de la presa, ya no baja agua por la acequia. Es un hecho triste, no sólo para los regantes de dicha acequia, también para toda la fauna y flora que vivía gracias a ella, y para los veraneantes que disfrutaban de ver correr el agua. Y puede convertirse en un hecho dramático si se origina unos de esos incendios que acechan cada temporada, y que se apagan gracias al agua de la acequia.
El zorro insiste en que el río es lo único importante. Las gallinas se extrañan de esta actitud, pues siempre han tenido claro que todos formamos parte del ecosistema. ¿Qué razones tendrá para pensar así? Desde que su salario depende de los informes que realiza, parece que su visión se ha vuelto más limitada. Mejor para nosotras, piensan las gallinas. Pero no, la cruda realidad es que el pequeño huerto que las alimenta, el zorro lo considera una nadería, algo prescindible: “no vamos a mantener una barrera de hormigón en el río sólo para regar cuatro tomateras”. Farfulla el zorro que la razón está de su parte, y que quien no quiera entenderlo, es que no es capaz. “Ya se sabe cómo es la gente de los pueblos…” ironiza con sus amigotes, mientras se queja del acoso al que le someten las gallinas, que con su cacareo no le dejan dormir. En el gallinero hay muchos nervios y preocupación. Tienen que aprender a organizarse y aclarar sus prioridades. Buscar puntos de acuerdo y dejarse de peleas, porque eso es lo que busca el zorro: división.
¿Cómo acabará este cuento? Depende de ti y de mí, de nosotras y de ellos, de que encontremos la solución que pueda satisfacer a ambas partes. ¿Imposible? Para eso está la negociación, para buscar acuerdos.
Nuestra propuesta: mantener la presa y la central, MEJORANDO la gestión del caudal y de los lodos, con los arreglos que necesite, y utilizar el beneficio económico que produce para hacer las actuaciones que de verdad mejoren la calidad ambiental del río. Es la opción menos costosa y de menor impacto, pues ya está hecha.
Si hay quien ofrece algo mejor, dígalo.