El sábado 17 de octubre «celebramos» la tercera jornada de villa. La intención es revivir esa antigua tradición de trabajo comunitario. Antes el ayuntamiento obligaba a los vecinos a realizar trabajos de interés general, ahora, todos los que acudimos somos voluntarios y los trabajos los puede proponer cualquiera.
El caso es que en éste último nos juntamos entre 10-12 personas y el objetivo era limpiar y arreglar el camino Olba-la Masada-Los Lucas. Queríamos desbrozar, nivelar el terreno en el tramo más próximo al pueblo y construir una arqueta y una regadera que condujese las aguas de lluvia hasta una rasa, a unos cien metros de distancia.
El día amaneció lluvioso, por lo que es de suponer que mucha gente hubiese acudido si el tiempo no se empeñara en boicotear esta tarea. Pero un grupo de irreductibles (¿o de impermeables?) se puso a la tarea. El camino está desbrozado hasta bastante más allá de la Masada y se ha nivelado lo más importante. No se intentó encofrar la rejilla pues sospechábamos que el cemento no tendría tiempo de fraguar. Y así hubiese sido…
Comimos todos juntos en la Masada (¡gracias, Rosa!) y pretendemos quedar otro día para rematar la la faena. Y nos lo pasamos muy bien… aunque parezca increíble que se pueda pasar bien trabajando bajo la lluvia. Sarna con gusto no pica.